Peter John Criscuola, radiotelegrafista de Cueto y señora. 2018

Avanza el año creativo de la Caverna de la Luz y una nueva imagen se suma al tema propuesto para este 2018: El fantasma en la máquina.Este mes de abril le toca el turno al colectivo PeleaStudio, compuesto por Majo G. Polanco y Carlos López Terán que presentan la fotografía titulada: Peter John Criscuola, radiotelegrafista de Cueto y señora. (Recreación basada en detalles de la imagen: Radiotelegrafista, 1910-1915 de Sixto Córdova).

Al igual que imagen con la que se abrió el ciclo, Fachada Parabólica Argel, de Manuel Álvarez Diestro, el tema tecnológico de esta entrega son las comunicaciones, y en este caso concreto se pone en evidencia un tema crucial: la obsolescencia de la tecnología, lo rápido que sistemas y dispositivos cambian y quedan inservibles, teniendo que ser sustituidos por nuevos aparatos. En consecuencia, cambian los paisajes y cambian también los modos de vida. Desaparecen los oficios ligados a esas tecnologías y, con ellos, preciosas historias y peculiaridades que van quedando enterradas, tan solo vivas en la memoria. Y esta es la materia prima básica con la que trabajan Majo y Carlos, la memoria, una sustancia frágil y volátil que atrapan, como si de un fantasma se tratara, y lo convierten en piezas o acciones que unen pasado, presente y futuro con la ayuda de testimonios directos de gente implicada y con objetos simbólicos impregnados de vida. ¡Y más de un fantasma se suele colar en sus aventuras artísticas! (Sobre uno de ellos hay una pista en el título y en los detalles de la fotografía).

Para esta invitación abordan una romántica profesión de radical importancia en su momento, la de telegrafista en la costa, prestigiosa figura en cada comunidad. Eran comunicadores tanto de las noticias de los barcos como de la meteorología o incidencias y noticias que vinieran desde el mar. Para ello se fijan en la historia de los radiotelegrafistas, que habitaban junto a sus familias en la estación radiotelegráfica y semáforo de Cueto desde finales del siglo XIX hasta los años 60 del XX. De aquella construcción solo queda hoy el mástil convertido en ornamento urbano frente a la Universidad de Náutica y a la Corporación de Prácticos. Ante la inexistencia de una imagen real de estas personas (es evidente que los tiempos han cambiado), la pareja ha sido recreada en un fabuloso montaje fotográfico no exento de guiños y detalles dignos de análisis. Para ello se han apropiado de la estética de una fotografía de Sixto Córdova llamada El  teleradiografista, han generado su escenario de ficción y, a la vez fotógrafos y fotografiados, han encarnado a los telegrafistas. Este relato postfotográfico, a la manera que teorizó y ejemplificó Joan Fontcuberta, se produce determinado por el cambio tecnológico a lo digital que ha modificado radicalmente nuestra relación con las imágenes y el mundo. Las capas de la manipulación de la imagen se convierten en perfecta metáfora de las diferentes dimensiones que posee la realidad, con sus certezas y sus ficciones, cada mirada creando una particular verdad. El ser humano se inserta en el circuito tecnológico de recogida y envío de información como una pieza más del engranaje. Tras la imagen final hay una idea previa, un periodo de búsqueda y documentación, colaboraciones y relaciones personales, ambientación de una época, performance y una posproducción impecable… Elaborar a conciencia una ficción para poder hablar de una historia real gracias a las herramientas que nos proporciona la tecnología.

Lidia Gil Calvo

Carlos López Terán y Majo G. Polanco

PeleaStudio: Carlos López Terán (Torrelavega, 1968) y Majo G. Polanco  (Donosti, 1973).
Aunque ambos artistas tienen una larga trayectoria individual a sus espaldas, como equipo creativo PeleaStudio comienza a gestarse en 2014, año en que participan juntos en una muestra colectiva de videoarte. Posteriormente realizan residencias artísticas desarrollando proyectos en los que investigan sobre la memoria de los barrios y sus habitantes. Su proceso creativo consiste en realizar un exhaustivo trabajo de campo, para seleccionar y recrear historias en las que mezclan realidad y ficción a partes iguales, cuestionando la veracidad tanto de los relatos recabados (mediados por el recuerdo) como de su materialización, poniendo en tela de juicio el significado mismo de la Verdad. Esta va a ser una de las señas de identidad de sus proyectos, así como la participación colectiva y la comunicación directa con la gente del entorno en el que trabajen. De esta manera surgen nuevas realidades o ficciones con límites muy difusos que acaban resultando más interesantes y fructíferos. Otro aspecto importante de su trabajo es la adaptación e interpretación de historias cotidianas o microhistorias situándolas en el contexto de la “Historia” oficial y la memoria colectiva.

 El resultado estético de sus trabajos, transversales y multidiciplinares, es siempre tremendamente creativo y a menudo está entretejido con un fino sentido del humor. Poseen un trasfondo crítico y muy humanista y pueden adquirir cualquier tipo de formato, pues este colectivo feliz toca todas las formas posibles del arte y cultura.

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