«Historias de Playa», Cádiz, 1989 © Juan Manuel Díaz Burgos
Historias de Playa. Rota (Cádiz), 1987-1993
Si Juan Manuel Díaz Burgos confesara que es fotógrafo, seguro que la pregunta que le harían aquellos a los que fotografía sería siempre la misma – ¿Y cuál es su especialidad? – Es muy minuciosa -podría contestar-. Me dedico a estudiar al ser humano en sus momentos más cotidianos. Nada de lo extraordinario está fuera de lo ordinario. Y es algo que se nos escapa a los que estamos ocupados en prestar atención solo a lo espectacular.
“Cuentos Reales”, Lola Garrido
extractado del texto introductorio de la Colección No Venal de Lucam
Historias de Playa no es un reportaje sobre el veraneo andaluz, es documentalismo en estado puro. Es contar el litoral español más allá de la anécdota. Es contar lo que pasa cuando se vive la vida de forma feliz y despreocupada.
Carnes que desbordan la licra, cuerpos que flotan, que juegan, que aman, que ríen. Gentes que no aspiran a más que ser ellos mismos.
La candidez de volver a ser niño, la nostalgia de aventuras en mares ignotos, surcados por sirenas y otros seres fantásticos. Esas alucinaciones que nos sobrevienen cuando nos ponemos la “escafandra” (cual si fueran unas gafas de realidad virtual) y el sol nos acaricia la piel curtida por los años y la sal nos traspasa y ese calor nos invade la sangre haciendo hervir la imaginación.
Podemos, incluso, ser Jacques Cousteau defendiendo a los bañistas de la playa grande de un ataque del Tiburón de Spielberg en mitad de la merienda.
Javier Vila

Juan Manuel Díaz Burgos, Cartagena, 1951
Realizó estudios de Maestro Industrial y fue profesor técnico en el Instituto Politécnico de Cartagena. De formación autodidacta en fotografía. En 1979 inicia como profesor las clases de esta especialidad en la Universidad Popular de Cartagena. Desde el año 2001 coordinó la puesta en marcha del Centro Histórico Fotográfico de la Región de Murcia, (CEHIFORM) hasta que fue cesado de su cargo en el verano de 2007.
A pesar de mostrar interés por la fotografía desde su infancia, no realizó su primera toma de contacto con este medio hasta los 24 años. El artista es un enamorado de Latinoamérica y ha viajado por países como República Dominicana, Perú, Jamaica, México, Costa Rica o Panamá, entre otros. Pero sin duda alguna, Cuba y Santo Domingo (República Dominicana) han sido lugares clave en su relación con América Latina, lugares donde ha recogido imágenes cargadas de realismo y en las que simplemente busca la fuerza de las gentes.
Sorprende la enorme cantidad de ensayos y trabajos de calidad que tiene en su haber tras más de veinte años de esfuerzo. Entre ellos encontramos La Habana.Visión Interior (cuyo libro fue editado en 2002 por Lunwerg),»Piel Canela»,»DESEO», «Malecón de La Habana», «Bienvenidos a La Boca», «Raíz de sueños»,»Trópico de Cáncer» o, «Dios Iberoamericano».
Todos ellos ofrecen una visión muy particular de Latinoamérica, bien alejada de las imágenes que estamos acostumbrados a ver. Son fotografías extraordinarias de lo cotidiano, del día a día, de la vida; fotografías que siempre narran la historia de sus gentes, paisajes y culturas, y cuyos retratos son de una intensidad fuera de lo común.
Ha expuesto en Francia, Argentina, EE. UU., Japón, Cuba, Alemania y República Dominicana, entre otros países. Y en salas como el Museo de Arte Contemporáneo de Chicago o La Casa de América en Madrid.

Reseña de Guillermo Balbona en el Diario Montañés del 07-08-2025