Musgo de Roble. Oak moss. Serie Valcaba, 2019

Serie Valcaba

Quien quiera hacer un repaso a la trayectoria artística de Emilia Trueba, por poco que la conozca, se da cuenta inmediatamente de su personalidad expeditiva y vibrante, propia de un talento particularmente versátil, inventivo y experimental. Artista de múltiples facetas, que no interdisciplinar, que no multidisciplinar, adjetivaciones muy de moda en el arte actual, que nada significan en el plano individual, sino sola y exclusivamente en y para los diversos trabajos de un equipo en pos de un objetivo previamente determinado, Emilia Trueba es justamente una de las personas en las que pensé para este proyecto de Festina Lente, de “La Caverna de la Luz”, desde el primer momento, precisamente por su carácter inquieto, a veces inseguro, cierto, pero siempre laborioso, propio de una mente que no descansa nunca, dotada de la constancia indispensable para dar finalmente con el resultado justo que desde el primer momento se propone.

Entre las diferentes actividades que practica, siempre me llamó la atención en Emilia la del vídeo y la fotografía, de la que es una gran aficionada, y sabiendo yo que desde un punto de vista técnico podría plantear no sólo algunos defectos, sino muchos problemas de seguridad, la tuve en cuenta con toda claridad, sin embargo, en el proyecto de Festina Lente. En este vísteme despacio, que tengo prisa, es ella misma, la inquieta y a veces veloz Emilia, la de los pies ligeros, la que desea y pide calma, la que se identifica con el movimiento “Slow”. La que disfruta del contacto con la Naturaleza; la que observa, apunta y plasma la cambiante luz del campo, montaña y mar; la que “cataloga” para sus otros trabajos escultóricos los materiales que la naturaleza le ofrece generosamente; la que se plantea correrías y retos cada vez más dificultosos, pues nada le arredra, nada le echa hacia atrás, por mucho que lo dé vueltas buscando la mayor perfección. Buena prueba de ello es la brillante fotografía de dos inmensos y poderosos robles del pintoresco paraje de los Pozos de Valcaba, en la ladera sureste de Peña Cabarga, del que la artista extrae toda su energía vital y al que ella, en correspondencia, les entrega todo su amor por la vida.

Fernando Zamanillo Peral

Emilia Trueba

Emilia Trueba

Abandona pronto sus estudios académicos y se introduce de forma autodidacta en el mundo del arte. Desde 1979 hasta 1983 completa su formación en distintas especialidades escultura, dibujo, pintura, cerámica, grabado, fotografía y video. En1985 recibe el primer premio de escultura de la región, conoce a Fernando Zamanillo y Juan Riancho e inicia su trayectoria expositiva con la Galería Siboney de Santander. En Julio de 1987 viaja a Alemania a la Documenta 8 de Kassel, y la Skultptor Projekte de Münster, crea sus primeras instalaciones interviniendo el espacio. Realiza su primera exposición individual, ha realizado 8 exposiciones individuales y ha participado en una treintena de proyectos colectivos alguna de ellas en Juana de Aizpuru o Fúcares en 1991 y 1992  participa en ferias como Arco. En1995 tercera individual “La montaña de Color”. En 1998” La memoria del jardín”. Hasta este momento ella misma construye todas sus obras.En 2002 quinta individual “3000 días” para el gobierno de Cantabria por primera vez incorpora una performance u obra de interacción con el público de la sala con danza y música. 2004 “Piel de Mujer” una indagación sobre el universo femenino. De 2005 a 2009 se aísla del mundo del arte y trabaja el paisajismo y la jardinería. Desde 2009 dedica todo su tiempo al trabajo de fotografía, sobre la luz, el realismo, el paisaje, la naturaleza, el desnudo. En 2017 octava individual Galería Siboney “El Bosque Nuevo” sobre la naturaleza y la forma. 2º premio artistas de Cantabria. En 2018 colectiva “El jardín imperfecto” el arte como forma de conocimiento, la filosofía, el humanismo y la naturaleza.

Sus obras están representadas en museos y colecciones privadas.

artículo de Guillermo Balbona en la sección de Cultura del DM

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