s.t., 2008 ©David Hojas Cuevas

Sin título, 2008

La impresión de una persona, o una parte de ella, que ha estado sentada o tumbada sobre la arena, de la que tan sólo vemos la impresión de la culera de su pantalón vaquero, nos recuerda que alguien estuvo allí en ese momento específico. Pero también que dejamos una marca, incluso temporalmente, en el entorno que nos rodea. Quizás llegue la marea y la borre, porque es efímera; la arena puede difuminarla también con la acción del viento. Todo cambia, nada es. Como nuestra presencia y nuestras acciones, que se desvanecen con el tiempo. Tempus fugit.

Pero cada persona deja una huella única, una marca especial de su paso por el mundo, incluso de los momentos más efímeros. Nada es banal y mucho menos inocente. El daño ya está hecho. El hombre ha transformado el mundo. Ha dejado su testimonio de que estuvo allí, su huella ecológica, la prueba evidente de que, al menos, existió.

Javier Vila

David Hojas Cuevas (Santander, 1979)
Fotografiado por Pablo Hojas

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