Antonio Manzano

Tierras baldías, tierras yermas, aradas por el esfuerzo y el tesón de quien a la tierra pertenece y de quien a la tierra los ojos cerrará, cuando ya no quede nadie más para cuidar de ella, muestran una reflexión sobre el éxodo rural y la muerte. Agrietando el espíritu y el alma entre las piedras, las estrías de los surcos caminados serenan a quien la tierra cabalga con tenacidad cotidiana,