Quién te cerrará los ojos tierra, cuando estés callada, 1983

Tierras baldías, tierras yermas, aradas por el esfuerzo y el tesón de quien a la tierra pertenece y de quien a la tierra los ojos cerrará, cuando ya no quede nadie más para cuidar de ella, muestran una reflexión sobre el éxodo rural y la muerte.

Agrietando el espíritu y el alma entre las piedras, las estrías de los surcos caminados serenan a quien la tierra cabalga con tenacidad cotidiana, mientras contempla la quietud de la incertidumbre.

La tierra reseca, que se marchitará cuando los campesinos se alejen del campo, se encuadra en un marco ficticio negro, que oprime, limita y circunscribe el peso de la sobriedad, empujando la mirada hacia la parte inferior de la fotografía, mediante una degradación del color hacia la oscuridad más rotunda, que entierra la pesadez de las entrañas, cual losa sobre la extinción de la siembra.

Antonio Manzano recita con la imagen una realidad social cargada de poesía, que nos lleva a un paisaje humano desértico, pero poblado de preguntas. Retratista de la esencia del ser humano, su obra reflexiona sobre la vida, para cartografiar divagaciones o sentimientos que delatan recorridos que van desde el anhelo hasta la desesperanza. Sus personajes, de piel robusta, gesto curtido o mirada ensimismada, narran escenarios de observación sobre la soledad, la nostalgia, la muerte, la persistencia o la rudeza de las circunstancias, desde la intimidad del pensamiento desvelado por la cámara, para alertarnos sobre la fortaleza y la fragilidad de las emociones.

Julieta Manzano

Antonio Manzano

Alaire van los recuerdos
y a los ríos las nostalgias
A los barrancos hirientes
van las piedras de tus casas.

¿Quiénte cerrará los ojos
tierra, cuando estés callada?

En los muros crece yedra
y en las plazas no hay solanas,
contra la lluvia y el viento
se golpean las ventanas.

Sólo quedan cementerios
con las tumbas amorradas,
a una Tierra,
que los muertos siguen teniendo por suya.

José Antonio Labordeta

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