María, 2021

Decía Francisco Brines que “más allá de la luz está la sombra / y detrás de la sombra no habrá luz / ni sombra. Ni sonidos, ni silencio”.

Esta imagen se titula María, pero podría titularse también Luz y María, como otra fotografía de María Gorbeña que, por circunstancias que no vienen al caso, estoy manejando también durante estos días. Esas son sus dos protagonistas: María, la abuela de Miriam, y la luz, que la define, la manifiesta, proyecta su sombra serena en la pared del fondo… la convierte en fotografía.

Analicemos ahora el proceso creativo de Miriam Mora escuchando sus propias palabras: “La fotografía es para mí un impulso, un acto visceral al que posteriormente encuentro un sentido. Primero está la emoción de mirar un rostro, un paisaje o una luz determinada. Luego, sentir como se traduce en imagen”.

Las imágenes nos sirven a menudo para contar historias y esta cuenta una historia larga, profunda: la de toda una vida. Pero como ha señalado Matt Black, “el trabajo de un fotógrafo es revelar cosas ocultas»; y así ocurre en esta imagen, que nos muestra lo evidente: el retrato de una persona anciana con un largo recorrido vital, pero también nos informa de otra serie de aspectos que, en una primera mirada, tal vez no seamos capaces de ver. 

Algunas pistas: “María es mi abuela. Su memoria se ha vuelto frágil en los últimos años. Puede que no recuerde lo que acaba de comer y no sabe nada de pandemias. En sus conversaciones, se aferra a las imágenes de su niñez, que repite una y otra vez en un bucle incesante”.

Así descubrimos algunas claves importantes de la imagen, lo que no se ve: la vejez como cuerpo consumido por el tiempo, la vejez como cuerpo sin memoria (“mi cuerpo es una confusión de tiempo”, en palabras de Rauda Jamis en su biografía novelada de Frida Kahlo)… La vejez como cuerpo atrincherado, y como cuerpo sabio.

Y más pistas aún: “A sus 93 años su cuerpo se va consumiendo. A través de sus ojos, veo la vida que pasa y pienso cómo será llegar a esa edad. ¿Qué es lo más importante en la vida, abuela?, le pregunto. El orden, me dice. Y yo pienso: la vida”.

La vida, siempre la vida. Prestemos atención ahora a las palabras de un hombre sabio (Duane Michals): “Todos tenemos miedo de morir. Ya hemos muerto. Mira tu foto de graduación de la escuela, él está muerto… Usted acaba de morir… Todos somos una construcción mental”.

Una de las maravillas insondables de la fotografía tiene que ver con que, a menudo, es capaz de mostrar lo que no se ve, de recordarnos insistentemente quiénes somos y la materia de la que estamos hechos: los mimbres de la condición humana. “La casa ya organiza sus futuros olvidos”, nos canta Joan Margarit en su póstumo Animal de bosque.

“Llámale eternidad, o Dios, o infierno. / O no le llames nada. / Como si nada hubiera sucedido”, decía Francisco Brines…

Raúl Lucio

Miriam Mora (Santander, 1984) foto: ©Esther Pita

Miriam Mora (Santander, 1984) es una artista visual que trabaja temas que indagan sobre la relación del ser humano con la naturaleza y los animales. Licenciada en Administración y Dirección de Empresas, en 2009 se traslada a Madrid, donde realiza en 2010 el Máster de Nuevo Documentalismo en la escuela EFTI. En 2012 regresa a Santander, donde actualmente reside. Combina su trabajo como fotógrafa freelance, con la realización de proyectos documentales.

Reseña de Guillermo Balbona en el DM

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