Fotografía en estado puro. Cámaras mecánicas, procesados químicos, fotómetro en mano. Tomarse su tiempo para medir la luz, situar el encuadre, pensar la toma y llegar hasta la copia final, con la misma paciencia y sorpresa de los pioneros de la Fotografía. No en vano Javi Arias hizo parte de su formación en los archivos del Centro de Documentación de la Imagen de Santander. La Caverna de la Luz enciende
La Caverna de la Luz enciende el escaparate de febrero con un trabajo a cuatro manos. La unión de la fuerza creadora y la pasión con la que han trabajado juntos el fotógrafo Maxi del Campo y la diseñadora María José Arce nos refresca la mirada del retrato íntimo y personal que han sabido llevar a la categoría de obra con vida propia. Ambos son sobradamente conocidos en sus ámbitos
La Caverna de la Luz enciende su escaparate de Abril con un artista plástico ignoto en su faceta de fotógrafo. Jesús Alberto Pérez Castaños, cuya trayectoria pictórica y como comisario y agitador cultural le han convertido en un long-seller del panorama artístico de nuestra región, elige para su primera muestra como fotógrafo una imagen aparentemente sencilla, pero para cuya lectura poliédrica él mismo nos da las pistas: “En el fondo
La Caverna de la Luz enciende su escaparate de Mayo con un ignoto trabajo fotográfico de una autora que utiliza los sentimientos y las emociones como material sensible. María de las Casas, nacida en Caracas y afincada en Cantabria, donde ha cofundado el Club de Fotografía La Solana de Selaya, copreside la Asociación Espacio Imagen de Santander y también imparte talleres de arte y fotografía. La fotografía que nos muestra
Belén de Benito, una reconocida fotógrafa de nuestra región, nos muestra en La Caverna de la Luz el lado más ignoto de su trabajo, pero nada mejor que sus elocuentes palabras para comprender las diferentes lecturas de esta, aparentemente sencilla imagen: Nunca he parado de hacer fotos. Tampoco lo hice en el 2015, tras el diagnóstico de una enfermedad degenerativa y 6 meses de quimioterapia. La fotografía es mi forma
La Caverna de la Luz enciende su escaparate de Julio con un fotógrafo doblemente ignoto. Por una parte, su intención de permanecer en las sombras y contar historias desde la media larga distancia, en las que la importancia decisiva la tiene la luz y el movimiento de la figura humana. Por otra, una historia interior en la que los sonidos y las imágenes que llevamos dentro se plasman de una
La Caverna de la Luz enciende su escaparate de Agosto con un meta-fotógrafo ignoto. Juan García Negrete utiliza la fotografía para interpretar su versión soñada de la realidad imaginada, en un ejercicio por subvertir la dictadura de los mundos virtuales en los que nos vemos inmersos, a menudo contra nuestra voluntad. Nadie mejor que él para explicar su punto de vista: La luz de la vida Cuando llega el verano,
La Caverna de la Luz enciende su escaparate de Septiembre con una fotógrafa ignota: Marieta Laínz, que ha hecho de su afición compulsiva a la fotografía una parte de su vida. A tal punto que no es ella la que cuenta su mundo, sino su forma de contar el mundo la que nos describe a la autora. Y la fotografía que expone es una buena muestra de su forma contemplativa
La Caverna de la Luz enciende su escaparate de Octubre con una fotógrafa ignota: Sara Nuñez, que constituye un reciente descubrimiento dentro de la creación fotográfica en nuestra ciudad. Tras una etapa profesional en este ámbito desarrollada durante varios años entre Santander y Londres, decidió hacer un parón creativo del que ha vuelto hace pocos meses. Heredera de «la mirada» de Vivian Maier, Sara utiliza el autorretrato como una forma
La Caverna de la Luz enciende su escaparate de Noviembre con el negro como telón de fondo de las imágenes de la fotógrafa ignota Arantxa Cobo, que mostrará la fotografía titulada “I´ve been too honest with myself; I should have lied like everybody else” (he sido demasiado honesto conmigo mismo, debería haber mentido como todos los demás), unos versos de la letra del álbum The Holy Bible, de los Manic
¿Qué queremos contar de nosotros mismos en un retrato? ¿Cuánto contamos nosotros, cuánto cuenta quien retrata, cuánto se deforma la lectura de esa imagen con el paso del tiempo? *** Muchas tardes y sábados de la infancia los pasé en el estudio de fotografía que mi abuelo Fernando abrió, y mantuvo durante 50 años, en Santander. Tenía dos pisos, y en el superior mi abuelo dispuso una parte para hacer