Escuela Unitaria, Bielva (Cantabria), 1980

Pedro era un maestro rural a finales de los setenta, en la escuela unitaria de Bielva, dónde se planteó la misión pedagógica utópica de mostrar el mundo a los chavales y enseñarles que no hay fronteras para el conocimiento, ni para la voluntad.
Pedro montó una biblioteca en la escuela, con estanterías regaladas por ferreteros y libros donados por editoriales, libreros y los propios autores. Entre los volúmenes había regalos de Delibes o Cela con cartas autógrafas de apoyo a su proyecto de escuela rural. Un proyecto que no se paró ahí, que involucró a todo el pueblo (las mujeres confeccionaron un colchón gigante con tela regalada por la Textil Santanderina, para que los niños pudieran practicar salto en las clases de gimnasia). Y Pedro creó un periódico de la escuela “Nuestro Pueblo”, del que se hicieron eco la prensa de la época especializada en educación (Cuadernos de Pedagogía) y en fotografía (Revista Nueva Lente).
Y de ahí surgió la pregunta de un niño: “Pedro ¿y a estas cosas porque no las sacamos fotografías?” y Pedro, el maestro, no se lo pensó dos veces y buscó cámaras de fotos por todo el pueblo. Y como no las había, escribió y escribió, hasta que llegaron, una Werlisa (por cierto, la cámara con la que yo mismo empecé) y Palazuelos se vio en la necesidad de aprender a utilizarlas para enseñar a los chavales y documentar las excursiones, los recreos, la nieve, las primeras elecciones democráticas de la transición. Y así nació Pedro Palazuelos, el gran fotógrafo que todos conocemos.

Javier Vila

Pedro Palazuelos
Reseña de Gema Ponce en El Mundo Cantabria

Tarjeta de la Exposición en el CDIS, 27 noviembre 2020
Texto del comisario de la exposición

Libro Catálogo de la exposición

Reseña del Diario Montañes del 14-Oct-2020

Reseña del DM del 27-nov-2020

Reseña de la Inauguración en el DM

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